Después de muchos planes, diseño y construcción de nuestro jardín, lo que más deseamos es hacer que nuestra obra maestra luzca tal como la pensamos. De día sabemos que lo hará, pero de noche es imprescindible realzar cada rincón para sentir este hermoso espacio acogedor y que nos invite a pasar todo el tiempo posible en él.

Es por ello que existen técnicas para crear ese protagonismo por medio de la iluminación artificial, con lo que logramos diferenciar los espacios ornamentales y las zonas de tráfico solamente con el uso de haces de luz. Por la noche desaparecen los colores vibrantes y llamativos, y damos paso a las sombras, en donde la alegría de los colores se torna en una escala cromática mucho más suave.

Para comenzar, diremos que la iluminación de un jardín podemos dividirla en varias zonas:

  • De trabajo. Es el lugar ideal para un momento de lectura, áreas de convivencia como cocina exterior o parrilladas, entre otras más
  • Acentuada. Donde debemos destacar esculturas, estanques, plantas u objetos decorativos
  • Decorativa. Enfatizamos un espacio dirigiendo el haz de luz sobre ello. Como por ejemplo el perfil de un árbol, arbusto o una pared
  • General. Colocamos la luz directa a una determinada zona utilitaria, como una entrada principal, cochera o alberca

Sea decorativa o funcional, lo importante es que con la iluminación debemos conseguir mejorar la estética visual sin llegar a extremos contaminando lumínicamente los ambientes o atiborrando de luz todo el jardín como si fuera la luz del sol del mediodía. La iluminación LED puede crear soluciones mucho más eficientes para matizar el paisaje, aparte de ser una alternativa ecológica al ser dispositivos de bajo consumo, bajo mantenimiento y la mayoría de las veces de recarga solar.

Para crear los más maravillosos efectos en tu jardín, primeramente, debemos de tener una regla: menos, es más. Como lo comentamos anteriormente, hay que evitar a toda costa el exceso ya que podemos perder los puntos focales que queremos resaltar creando confusión a la vista. Solo un par de luces tenues pueden darnos un impacto dramático en una escultura, unas flores o un frondoso árbol. Al iluminar en capas podemos resaltar diferentes escenas, creando diferentes mantos de estimulación visual bajos, medios y altos.

Juguemos con las sombras. Al posicionar las lámparas correctamente evitamos los reflejos antiestéticos y damos forma y profundidad a los espacios. Las sombras son tan importantes como la luz en sí misma y debe ceder al protagonismo que estas crean.

En Proriego, siempre recomendamos el uso de luces claras, blancas o ámbar, pero jamás debemos de temer al uso del color. Utilizando una delicada gama de colores complementarios, aseguramos el equilibrio en texturas, profundidades y densidades de plantas, pero debemos de hacerlo siempre con un análisis detallado y un buen diseño de jardinería hecho por profesionales, ya que corremos el riesgo de crear un efecto adverso al que deseamos y ser chocante a la vista. Hay que utilizar el color sabiamente.

Posiciones y efectos para exterior.

Luces de seguridad. Estas deben de posicionarse a ras del suelo para evitar accidentes con obstáculos en los pasillos, escalones o senderos de tráfico. Deben de ser brillantes, pero cuidando de no ser distractor a la vista.

Hacia arriba. Colocar las luminarias directas desde el suelo hacia arriba, produce un resplandor de efecto dramático pero un poco artificial, por lo que hay que usarlo con discreción para árboles, esculturas o texturas de paredes.

Cruzada. La utilizamos para enfatizar algún objeto o especie desde dos ángulos distintos, resaltando sus detalles. Para esto debemos de colocar luces tenues de amplio espectro.

Difusa. Derrama la luz desde la parte trasera de algo que funcione como tope como un panel, una celosía, una grieta, o incluso una maceta.

Enfoque. Damos un brillo focalizado en puntos distintos del paisaje, añadiendo delicados resplandores con pequeños spots. Es lo más indicado para su uso en jardines pequeños.

Contornos y siluetas. Al colocar oculta la fuente de luz detrás de un objeto o planta, creamos un efecto dramático decorativo.

Perspectivas. Da al jardín un sutil toque enfatizando las profundidades, con el fin de crear el efecto de hacer parecer el área que ocupa el jardín, más más grande de lo que es. Esto lo conseguimos iluminando en capas, débilmente al frente, aumentando progresivamente el brillo de las líneas e iluminando mucho más la parte trasera.

Directa. La debemos utilizar para demarcar espacios como quioscos, comedor, fire pit, juegos, etc. Para esto se utilizan una iluminación clara y brillante, pero igual podemos combinar focos decorativos.

Espejo. Si contamos con un estanque o fuente, la podemos aprovechar para reflejar esculturas, macetas o decoraciones que estén colocadas cerca de la orilla del espejo de agua, iluminándolas desde la parte baja de estos elementos.

Subacuática. Aquí debemos de tener la precaución de colocar luminarias para uso de estanques o albercas y mantener siempre limpia el agua, ya que la luz crea la reproducción de cieno o moho, y atrae pequeños insectos indeseables.

Como vemos, las distintas técnicas de iluminación de jardines provienen de la iluminación teatral, con esto creamos atmósferas, fondos y escenarios. Un último consejo, nunca debemos olvidar a nuestras grandes aliadas de los exteriores: las velas y antorchas. Son una ayuda ideal para señalizar caminos, crear una sensación mágica y acogedora, pero al mismo tiempo (dependiendo de sus ingredientes) podemos mantener a raya a los insectos con mucho estilo y aroma.

Iluminando nuestro jardín de una manera muy sutil pero estratégica, hacemos que todo el entorno luzca espectacular y con más realce. Acude con los profesionales de Proriego, quienes estamos listos para atenderte y darte los mejores consejos de iluminación para que puedas elegir lo mejor que se adapte a tus necesidades. Agrega luz a tus diseños y transforma tu jardín en el área favorita de tu hogar.

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¡Hasta la próxima entrada!